"¿Spinoza con(tra) Schmitt? Hacia una teología política democrática en Spinoza"

Abstract

La teología política como concepto tiene la particularidad de que se ocupa de muchas de las dimensiones en debate actualmente en el pensamiento político. Desde su formulación seminal por Carl Schmitt es un campo teórico que cuestiona a fondo el discurso secularizador de la modernidad: “Todos los conceptos significativos de la teoría moderna del estado son conceptos teológicos secularizados, no solo debido a su desarrollo histórico, en el cual fueron transferidos de la teología a la teoría del estado, por lo que, por ejemplo, el Dios omnipotente se convirtió en el legislador omnipotente, sino también debido a su estructura sistemática” Este cuestionamiento, en lugar de negar la teoría de la secularización trata de incorporarla críticamente, reorientándola hacia la teología y el estudio de la ley en lugar de hacia un “mundo desencantado”. De este modo, la teología política surge como crítica del derecho y sus conceptos básicos. El concepto fundamental es el de soberanía y lo emplea para mostrar cómo el derecho moderno seculariza concepciones teológicas propias de una imagen metafísica del mundo y con ello toda una teoría del orden natural y de la ley.. Pero Schmitt no fue el único autor en reconocer la plena unidad formal de los conceptos teológicos y los jurídicos y sociales. El propio Hans Kelsen, uno de sus contradictores, (Kelsen 1989, 250) llegó a enfatizarla incluso más: “Si la sociedad debe concebirse como mera ideología, en tal caso la religión constituye solo una ideología social particular, originariamente idéntica a esa otra ideología social que puede designarse, en el sentido más lato de la palabra, como Estado” Entonces la teología política aporta una dimensión de análisis filosófico que articula al menos tres debates clave para una evaluación y revisión crítica de las formas políticas: el de la secularización; el del estatuto político de la religión; y finalmente el de la representación misma y en general la relación entre representante, pueblo y ley. Así, se constituye en una línea de estudios promisoria para pensar los problemas políticos del presente.